Hace tiempo que tenía pendiente adaptar a una versión vegana esta receta de apetitosas galletas, y hoy por fin me he decidido. El resultado me ha encantado: galletas un poco crujientes pero que a la vez
se deshacen en la boca…¡Toda una delicia!
Originalmente eran pastas secas elaboradas a base de masa de pan, endulzadas y secadas en el horno. Se conocían como » Biscuit bread«. Con el paso del tiempo se fue sustituyendo la levadura por mantequilla salada y se convirtieron en «Shortbread», un lujo que sólo se permitían en grandes celebraciones como bodas o en Navidad. Su nombre se debe a la gran cantidad de mantequilla que contienen y es lo que las hace «short», que significa “horneado corto”. ¿Sabías que se remontan al siglo XII? Aunque se dice que el refinamiento que adquirieron estas pastas se le atribuye a María Estuardo, la cual era muy aficionada a comerlas aromatizadas con semillas de alcaravea.
En este caso, sencillamente he cambiado la mantequilla animal por una mantequilla vegana. En concreto he utilizado la marca Violife, puesto que tiene un gran contenido en grasa, y resulta ideal para esta receta.
Receta para 4 personas:
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- 110 grs de azúcar glas.
- 225 grs de mantequilla vegana a temperatura ambiente.
- 225 grs de harina de trigo.
- 100 grs de harina de arroz o Maicena.
- 2 grs de sal.
Preparación:
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- Precalentar el horno a 170 grados.
- Tamizar las harinas y reservar.
- En otro recipiente mezclar la mantequilla, la sal y el azúcar con unas barillas hasta obtener una
mezcla homogénea. - Incorprorar las harinas y mezclar sin amasar, sólo lo justo hasta queno hayan grumos.
- Extender la masa con un rodillo sobre una superfície enharinada hasta obtener 1 cm de grosor.
- Cortar con un cuchillo o cortapastas, dándole la forma deseada.
- Colocar las galletas en una placa antiadherente y hornear durante 12 min.
- Retirar del horno y dejar enfriar sobre una rejilla. Podemos añadirles azúcar granulado por
encima antes de que se enfríen.
¡Espero que las disfrutes tanto como yo!

